domingo, 29 de abril de 2012

Clark - Iradelphic, la IDM sigue viva

Hace unos días hablábamos del nuevo disco de Orbital, que aunque son uno de esos pilares de la IDM, ya no lo practican tanto y este año han decidido tirar por otros estilos. En cambio, y a pesar de que es un género que ya no tira tanto como hace 15 años, aún hay artistas que viven de él. Este año ha sacado su sexto disco uno de ellos, el inglés Chris Clark, que artísticamente se hace llamar Clark. Disco a disco evoluciona y se va probando para ver hasta dónde puede llegar. Los resultados son bastante altos; manteniendo como constante la IDM, experimenta sin tapujos con sonidos a veces realmente hardcoretas, y otras veces son latigazos suaves y muy ambientales. Su nuevo trabajo, Iradelphic, muestra de nuevo el afán de superación que el inglés tiene como religión.

Ayer poníamos en liza lo nuevo de Actress; hoy ponemos sobre la mesa otro álbum de un tipo gustoso de experimentos, de forzar los beats y de crear. Una de las ventajas con las que cuenta Clark es estar en Warp (Aphex Twin, Autechre, Flying Lotus...), uno de esos sellos que se rigen por la innovación, por las nuevas apuestas y por la ruptura con lo establecido.
En lo referente a este álbum, el prolífico productor tenía un listón alto por superar. Sin llegar al redondo Totems Flare, Iradelphic es un buen disco, en el que samplea guitarras muy folk, las combina con aguijonazos digitales, intimidad, beat y más vitalidad de a la que nos tiene acostumbrados. Además, en ocasiones recupera parte de la IDM más cerebral que dejó de un lado en su quinto larga duración.

Experimentación hasta en la portada
Quién iba a decir que un disco de IDM empezara con un sabor andaluz, la verdad pocos. Es la carta de presentación que se muestra con Henderson Wrench. Eso sí, después que 'nos quiten lo bailao' porque ya viene ese género a veces incatalogable, abriéndose paso con la cerebral -y made in Warp- Com Touch, una representación musical del trayecto que suele frecuentar nuestro sistema nervioso.



Si ha flaqueado algo respecto a discos anteriores el álbum es por utilizar deformidades sonoras ya vistas y fáciles -aunque efectivas- como la de Tooth Moves o Secret. Pero eso no significa que no nos encontremos con la parte más idemera que no se suele escuchar mucho actualmente, como es el caso de Skyward Bruise/Descent o la disfonía de Ghosted.

Llegando al final de Iradelphic encontramos una nueva arquitectura dentro de la idea global del trabajo, que son las tres partes de The Pining, donde se juntan el sampleo y el beat en la primera parte, se llega a un momento de auge profundo en la segunda y se zanja con la calma de la tercera.
Para cerrar el disco, Clark nos regala una solemne sinfonía que pinchar el día del apocalipsis, o de recordar momentos en fotos de blanco y negro; para meter más dramatismo en cualquiera de los dos casos. Es Broken Kite Footage, una canción volátil que escapa de tu mente.



Un disco muy decente del inglés, con partes realmente interesantes, y otras que ya hemos vivido a través de él mismo o de otros camaradas de sello o género. No está a la altura de sus mejores discos pero tampoco es algo que le vaya a restar credibilidad, pues también ha explorado campos emocionales que hasta ahora no se había atrevido a tocar.

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