viernes, 6 de abril de 2012

The Big Sleep - Nature Experiments, a guitarrazo limpio

Una chica de aspecto indio que canta. Y un tipo que le acompaña con efusividad en la parte vocal. En lo referente a la música, rock independiente de patrón claro, con latigazos de guitarras pesadas y estribillos pegadizos. Por supuesto, con un teclado que suma valor añadido a la sección rítmico. Así es como trabajan los estadounidenses The Big Sleep y eso es lo que han hecho en su tercer disco, Nature Experiments. No es que sea nada nuevo, pero es el típico grupo que suena bien, con canciones aunque prototípicas, efectistas, con tres o cuatro pepinazos de los que gusta escuchar.


The Big Sleep ha ido transformando su música disco a disco; en su debut tenían maneras más psicodélicas y arrebatos algo hardcore, los que mantuvieron aunque en menor medida en su anterior disco, en el que abogaron por patrones post rock. Ahora, con Nature Experiments han caído en una fórmula más fácil, tanto en la ejecución como en la escucha, aunque tampoco es que fuera excesivamente complejo lo que hacían antes. Apenas se detecta ahora algo de psicodelia. El caso es que ese rock furioso y demás virtudes han dejado lugar en este tercer disco a estribillos con más gancho, a canciones más estandarizadas dentro del mundillo indierocker. No obstante, tienen varios temas que son muy dignos de poner en modo repetición, todo hay que decirlo.

Nature Experiments mantiene algo de la esencia de los trabajos anteriores, pero con esa pequeña apertura más indie pueden llegar a más público, lo que tampoco está mal si se plantean vender más. No parece que se haya mucho cambio con el #1, que como indica el nombre del tema es la primera, se nota en el conjunto. Además, ya empieza a cantar Danny Barria, uno de los vocalistas y guitarrista. Esa es otro de los cambios, ahora la mayoría de las canciones tienen parte vocal, a diferencia de antes. Se alterna con Sonya Balchandani, que empieza su turno en Ace, con guitarrazos similares a los de Joy Formidable.



En este disco han renunciado a la psicodelia y al esquema post rock para apostar para centrarse en ciertos niveles de epicidad en los que se que saben desenvolver. Además ahora hay momentos más rítmicos que no predominaban anteriormente, donde muchas de las canciones iban más lentas, progresando hasta encontrar una explosión. Aquí no, ahora llegan a tu oído de una forma más directa y con mayor efusividad a la hora de tocar. Ahí están Valentine, Ladders, Four Wishes o Meet Your Maker.



Paisaje para destruir
 Se han indiezado un poco, ya no crean el aura densa de antes, en la que a veces imprimían destellos psicodélicos y postrockeros. Pero siguen pegando guitarrazos y jugando al shoegaze cuando les apetece. Han renunciado a una parte de sus inicios pero siguen manteniéndose en forma.

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