sábado, 12 de mayo de 2012

Crónica SOS 4.8 2012, Sábado: Murcia feat Satán

Llegó la jornada de sábado y con ella un buen puñado de artistas que ver, solapes que sufrir y electrónica que bailar. Había que corregir lo poco visto el viernes. Así que disfrutamos lo máiximo posible. De lo más destacable de la noche, desde luego los grandes como Mogwai y Flaming Lips, nuevos valores como Yuck y alguna que otra sesión de esas matadoras, la final sobre todo.

SÁBADO

YUCK
El concierto más interesante de la tarde, desde luego. Es raro que un grupo así toque a las siete de la tarde, pero bueno, si el horario así lo estipula, hay que acatar. Los londinenses no decepcionaron, como se esperaba tras su gran debut del año pasado. Es difícil alejarse del propio gusto para calificar el concierto de un grupo, cuando este es del palo que más te chifla, y más si Yuck empiezan con la corrosión de Chew, su nueva canción. No había mucho público pero por las apariencias se veía que la gente sabía a qué venía. Ver a Yuck es retrotraerse de nuevo a los 90 y ver una banda que transita entre Pavement y Sonic Youth, manteniendo alto el espíritu alternativo de aquélla década. Además llevaban las pintas reglamentarias de la época.

Back to 90s
A pesar de que la lluvia pudo estropear un poco el concierto, todo el mundo se mantuvo en pie para agitar la cabeza con The Wall o Holing Out. Este tipo de actuaciones son las que diferencia a este SOS del del año pasado. En el 2012 a las siete de la tarde te encuentras a Yuck; en 2011, a The Kooks.
A pesar de que la fórmula está más que trillada y ya no sorprende, sigue funcionando, y más para las nuevas generaciones que no vivieron esa eclosión independiente en vivo y en directo. Además, el cantante se ganaba al público entre canción y canción. Chapurreaba algo de español intentando decir "Gracias Murcia", aunque en realidad decía "Grasias Maurssia", casi acabó diciendo morcilla. En fin, que de cara al final del concierto regalaron Get Away y cerraron con la distorsión de Rubber, el momento de locura y experimentación idóneo para cerrar.

ANTÒNIA FONT
Puedo decir que no soy el mayor fan del folk o pop catalán, que está pegando muy fuerte últimamente. Pero es difícil resistirse al encanto que transmiten las canciones de los mallorquines Antònia Font. A diferencia de muchos otros conciertos del festival, en los que los asistentes se limitan a parecer impasibles o asimilar sin digerir la música, el escenario Jägermeister se convirtió en una fiesta. A pesar de que al vocalista no se le escuchaba del todo, el público se entregó a canciones como Clint Eastwood, Me Sobre Paraules o Isles Balears. Sin lugar a dudas, uno de los directos más divertidos -y felices- del día. El concierto fue de menos a más, animándose in crescendo, hasta culminar con Wa Yeah. Su teclado te incita a entregar tu cuerpo al hedonismo y así es como acabas sucumbiendo a Antònia Font.

PIONAL 
Había que cuadrar conciertos, así que como no somos memoriones, tocó comprar un horario por ¡2€! para poder programarnos. Una vez adquirido este tuvimos que dividirnos el solape entre el productor madrileño y el arquitecto Matthew Herbert. Empezamos con el madrileño, que en los últimos meses está pisando cada vez más fuerte con sus producciones de house de exquisito gusto, sus colaboraciones con John Talabot y su dubstep acompasado. Viendo las reacciones de los asistentes, incluso para los no iniciados verle era un palcer, era una oda al buen gusto. Además, él mismo se cogía el micrófono para interpretar sus piezas. Su música y la pantalla de colores de fondo lograban una terrible sensación de bienestar. Por cierto, anteriormente Meneo cerró con una versión dubstep de Where Is My Mind tremenda.



MATTHEW HERBERT: ONE PIG
One Pig o cómo hacer música con un serrucho, cocinando bacon u otro tipo de artefactos de bricolaje. Está claro que lo de Herbert iba a ser la propuesta osada del festival, y una prueba de fuego para muchos. Hubo muchos inocentes que perecieron en el directo y no pudieron soportar el momento minimalista de los doctores. Salieron del auditorio. Los valientes que resistimos nos quedamos y comprobamos el espectáculo. Mientras Herbert y sus doctores hacían uso de baterías electrónicas, un serrucho y scratches, entró un chef para conectar un micro a la sartén. Y en efecto, se puso a cocinar, como el que no quiere la cosa. Esta marcianada se ponía interesante y cada vez sumaban nuevos sonidos, logrando crear una base rítmica que fue realmente pegadiza. Empezó siendo algo infumable y acabó siendo una interesantísima marcianada. Bravo.


Serrucho en mano

MOGWAI
Por fin, llegó uno de los cocos de la noche; una de los principales motivos de nuestro desplazamiento a Murcia. No todos los días se puede ver a una de las divinidades del post rock, por lo que se vivía mucha expectación para disfrutar de los rugidos de los escoceses. Un concierto de Mogwai no es un concierto más, es un momento que precisa que te metas en el ambiente; que te empapes de su densidad para poder disfrutarles al máximo. Ellos pusieron las condiciones, a pesar de que tuvieron unos ligeros problemas al principio con el sonido. Una vez subsanados, ya tuvieron rienda suelta para destruir nuestros oídos.
White Noise fue la elegida para empezar la tormenta, un buen calentamiento que tras un par de canciones nos preparó para el primer hit: Rano Pano. Todos contentos y coreando por dentro el subidón, atrapados en las capas de guitarras que le van echando encima progresivamente. Todo el mundo que se declare fan del rock, debería atender a la instrumentación de Mogwai.

Cuando todos los engranajes funcionan, además de rugir, emocionan. Además, la parte electrónica también destaca en directo, con esa voz vocoderizada de Mexican Grand Prix. Por no mencionar Hunted By A Freak, uno de los momentos para flotar y dejar que el pelo se erice. que nos iba preparando a todos para la tempestad posterior. Conforme iba pasando el concierto, el músculo se iba fortaleciendo, hasta que llegó uno de los momentos más esperados; el de bajar al infierno con Mogwai Fear Satan; el momento de verle las fauces al demonio. Lástima que alguno estropeara el silencio y la calma aplaudiendo antes de la explosión, pero se perdona, también es lógica la emoción. Sin duda, ese momento de destrucción fue uno de los momentos del festival, acompañada del destello blanco de los focos. Para flipar. De cara ya al final, sumergidos en el vendaval escocés, cerraron con la furia de Batcat.
La única pega, que entre canción y canción se escuchaba el Jägermeister, en este caso, El Columpio Asesino tocando Vamos.

FLAMING LIPS
Acto seguido, el otro cabeza de cartel, Wayne Coyne, los Flaming Lips y toda la parafernalia que llevan detrás. Muchos se quejan de que están cansados ya del espectáculo, porque siempre es igual. En cambio, para los que les vimos por primera vez, fue una gozada, probablemente la mejor actuación del festival. Cuando un grupo lleva detrás todos esos juguetes, uno puede pensar que así disimulan su carencia musical, pero nada más lejos de la realidad, Flaming Lips son arrolladores en directo, tanto escénicamente como musicalmente. Es más, habría que ver qué parte pesa más.
Creando una vagina en forma de puerta de Stargate, los integrantes del grupo -alguno hasta con camiseta comunista para ganarse a algún rojeras- salieron de ella entre las alabanzas del respetable, como dicen los del fútbol. Y el artífice de todo esto, con su bola esférica que se tiró contra el público. La expectación no tenía cabida en el concierto. Mientras tanto, sus compañeros de banda aporreaban sus instrumentos, especialmente el batería -que debió dejar abollado algún bombo-, interpretando los primeros acordes de Sweat Loaf de Butthole Surfers. Lo que se conoce como un inicio demoledor.

Todo el despliegue
Manazas


Fiesta everywhere
 Empezaron con la arrolladora Worm Mountain y a partir de ahí, entre los globos que tiraban, las proyecciones de la gran vagina y las bailarinas del escenario, soltaron pepinazo tras pepinazo: The Yeah Yeah Yeah Song, la psicodélica The W.A.N.D., Yoshimi Battles The Pink Robots Part 1... Wayne gritaba moterfuckers al público para que la corearan, pero no obtuvo mucha respuesta. Así que a la siguiente tocó Do You Realize? y se fue. Un concierto intensísimo aunque de una escasa hora. Mi teoría es que al ver que el públicono se sabía los temas, se hartó y se fue. Además no tocó She Don't Use Jelly. Pero no obstante, recuerdo para toda la vida en al retina. Y en los oídos.



DJ's




En el plano electrónico, fuimos pellizcando un poco de cada sesión, logrando un equilibrio musical para todos los gustos. El primer elegido fue Brodinski, que hizo una sesión más bien estándar, sin pena ni gloria. Un poquito de techno y soniditos por aquí y un poquito de electrónica nociva por allá. Una sesión típica de electrónica para no muy iniciados. Pareció más interesante el dj set de Matthew Herbert, que asistiendo al final de su sesión, estaba pinchando electrónica descarada, un poco marciana pero muy llamativa. 

Nos trasladamos pues al Escenario Levante para morir con la sesión de Feed Me, pero de nuevo otro dj que fue baja. Así que lo sustituyeron Buffetlibr, que hicieron una sesión fácil y poco arriesgada; pero efectiva. Es la sesión que hay que hacer para cerrar el festival, acudir a los hits fáciles y a los clásicos para que el personal se vaya con buen sabor de boca. Y así fue. Sonaron Rage Against The Machine, un remix de Seven Nation Army -se volvió a escuchar el dichoso looo lo lo looo-, otro de Daft Punk de HBFS, La Rock de Vitalic y de cara al cierre uno de esos pepinazos infalibles: Born Slippy de Underworld. Cumplieron su cometido.

Ya para salir pasamos antes por el Jägermeister para ver qué se cocía, y mientras pedíamos la última cerveza Yall estaba machacando al personal a base de dubstep. Aunque no la dejó entera, dejó unos escasos minutos esa perla parida entre Nathan Fake y remixeada después por James Holden que es The Sky Was Pink. Grandioso los pocos minutos que duró, una pena no atreverse a dejarla entera.

Hasta el año que viene SOS, sigue apostando por grupos de más calidad, intenta que no llueva el sábado y no nos cobres pro el horario. Todo lo demás, fetén, como siempre.



3 comentarios:

Enrico Ratso dijo...

Y por favor que quiten esa zona tecnodestroyer de la entrada, que es una garrulada.

Anónimo dijo...

Muy escueta la crónica del SOS!

Pablo S dijo...

Hombre puede ser una garrulada dependiendo de quién pinche. Si quieren esa zona technodestroyer, no tienen más sitio donde ponerla.

PD: Escuetísima.