Brent Knopf debutó con su proyecto Ramona Falls en 2009, con Intuit, una buena mezcla entre folk, rock independiente y pinceladas electrónicas, con una buena sensibilidad. En este nuevo álbum, Prophet, no hay tanta armonía y delicadeza como en el debut, pero sí que quedan en las raíces. Ahora, en la superficie, en las ramas, el multi instrumentista ha dotado de más empaque y epicidad sus producciones. De esta forma, da un paso adelante en la consolidación de este proyecto, consiguiendo más fuerza y sonoridad. Ha sabido sacar más jugo a los matices más llamativos de su debut.
El Propheta |
Por otra parte, apenas hay rastro de esos temas delicados que cuyo ambiente se podían resquebrajar con un suspiro. La mayor parte del álbum está predominado por melodías suaves acompañadas de teclados y más detalles sonoros, como es el caso de Bodies of Water, The Space Between Lightning And Thunder o Spore. Se aprecian cambios de ritmo elegantes y muy bien diseñados, sin grandilocuencias, como la volatilidad final de Divide By Zero.
Se palpa mucha vitalidad en algunos fragmentos del trabajo, mucha luminosidad y buenas vibraciones, que es lo que transmiten bellezas pop como Archimedes Plutonium o If I Equals U. Parece que Knopf se ha ido a algún tipo de retiro espiritual porque sigue proyectando un aura de armonía consigo mismo, que te hace olvidar tus problemas. Pero seguramente muchos prefiramos las canciones en las que ese ambiente es parcial, y predomina el eléctrico. Mejora guardándose la acústica y enchufando la eléctrica al amplificador. Ahí están la contenida y elegante fuerza de Sqworm, el bonito dueto guitarra-piano al final de Fingerhold o los compases energéticos de Brevony. Para abandonar el disco, nos ofrece su cara más cercana al debut, con la cálida Proof o la naturaleza maya que desprende Helium.
Un buen paso de Ramona Falls, en el que mantiene raíces delicadas, pero las combina con las guitarras eléctricas. Dejar la acústica y enchufar el ampli siempre es una buena opción.
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