Es muy difícil quedarse con uno de los tres álbumes de esta discografía tan buena, A Place To Bury Strangers no sólo se dedican a enterrar nuestros tímpanos con sus desgarros de guitarra; cada acorde, cada punteo, cada cambio en la línea del bajo, está perfectamente calibrado. Son un perfecto mecanismo sin posibilidad de error. Además, la forma de cantar de Oliver Ackermann, con ese eco que le persigue, representa otro matiz insignia del grupo y de su sonido. Por supuesto, siguen presentes en Worship, un gran retorno que configura una trilogía envidiable, y que se ha ganado a pulso ser una de las referencias noise obligatorias de los últimos años.
Invitación al infierno con guitarras vertiginosas |
Alone es el cálido recibimiento con el que los de Brooklyn nos dan la bienvenida, un tema que abraza con esa atmósfera cargada, repleta de ráfagas de distorsión. Realmente, el inicio del disco es trepidante; en el segundo corte ya encontramos el single de adelanto, You Are The One, con un bajo profundo que poco a poco va siendo abofeteado por vendavales guitarreros y demás arreglos. Es un disco que supone una delicia para los acérrimos del grupo, precisamente porque siguen siendo fieles a sí mismos y no se meten en camisas de once varas. A Place To Bury Strangers podrían ponerle la banda sonora a alguna película apocalíptica, o a algún momento social actual. Su música vuelve a transmitir fiereza, rabia y oscuridad a la vez con descargas como la de Mind Control, con una batería que mantiene las ganas de morder de bajista y guitarra.
A diferencia de como pasa con otros grupos, cuya fórmula puede resultar cargante y destinada a ser aborrecida, ellos saben explotarla, aunque sea de una forma casi similar a la de siempre. También puede ser porque la suya es ta efectiva y diferente que no queda más remedio que declararse fan. Entre tanta distorsión, es preciso escuchar detenidamente el disco para aprecia sonidos secundarios que se van superponiendo a modo de capas, como es el caso de Worship. No obstante, no todo son embestidas frenéticas y furiosas como la de Why I Can't Cry Anymore o Revenge; también hay algún momento más tranquilo para descansar, con el sonido nítido de Dissolved. De cara al final del disco podemos disfrutar de un toque más indie y revivalero como el de And I'm Up.
Disco para ir apuntando entre los tops de lo mejor del año. Otro buen álbum de A Place To Bury Strangers, con la misma arquitectura del segundo disco, tres o cuatro pepinazos muy destacables, junto a canciones de clase media alta que los saben complementar. De todas formas, a regularidad sigue imponiéndose el debut. Y que conste que calentarse la cabeza para ver qué trabajo es mejor es una tontería, queda patente que los tres son de notable alto. Por supuesto quedan superadas las expectativas del ep de este año, que aunque era bueno, precisaba más gas; el gas que ellos dinamitan en cada álbum. Yo les declaro mi fidelidad, espero que vosotros también. Si estaban consolidados ya, Worship lo demuestra. Eh, y portadón.
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