En los últimos años ha consolidado un bueno sonido bajo el que se siente cómodo y que casi siempre desarrolla en sus producciones; un sonido cristalino e hipnótico que le identifica fácimente. Con él ha confeccionado auténticas joyas como Oasis. Ahora ha vuelto a la actualidad con su su quinto disco, Ideas From The Pond, para seguir sacándole lustro a su mejor arma sonora.
El caso de Petar Dundov es el de un viejo zorro que con el tiempo parece que se hace mayor y se le van quitando las ganas de marcha; así lo reflejan sus discos, a pesar de su inciso ambient. Pero sigue siendo un productor con un material muy interesante y diverso.
En su último disco, Escapements, se marcó un señor álbum que le ayudó a darse a conocer con varios hits, basados en su nueva faceta electrónica. Este Ideas From The Pond es una buena continuación a ese disco, y aunque poseen muchas semejanzas pues la fórmula es la misma, hay pequeños detalles que los hacen diferentes. A pesar de que los dos parten de la misma idea, son como dos hermanos complementarios: en Escapements hay un mayor desarrollo de los beats y no está todo lo explotado que pudiera ese sonido cristalino. Sí lo está, en cambio, en Ideas From The Pond, donde Dundov le saca todo el partido posible a los sintetizadores. A estos efectos, el flamante nuevo disco es mejor álbum, más disfrutable para el oído.
Los paisajes electrónicos molan |
La clave está en saber deformar tu mejor carta para que no parezca siempre la misma, y es lo que consigue con Silent Visitor, que parece salida de un arpa. Esos artificios sonoros suelen dar mucho juego, y Petar los explota en Distant Shores, con una fórmula progresiva que va avanzando hasta encontrar su auge en los minutos finales. No sólo es ese sonido que parece salido de un arpa lo que Dundov utiliza para encantar tus oídos, a veces prefiere omitir su mejor carta y centrarse sólo en deconstruir el ambiente, como hace en Around One. Para cerrar el disco, nos despide con una pieza de casi 15 minutos, Tetra Float, en la que sobre la base va metiendo diferentes efectos, ya sean sonidos de aluminio o instrumentos de viento.
Ideas From The Pond es una muy buena continuación de Escapements, siete canciones para viajar a través de la mente de Petar Dundov y quedarse escuchando su propuesta sonora en la que muestra un abanico con varios matices que va trabajando durante todo el disco. El único pero que puede encontrar una persona con el oído sin entrenar, más amiga del zapatilleo o del dubstep ofensivo, es que le resulte monótono y largo. Porque esto es para escucharlo tranquilamente y teletransportarse a ese estanque del que habla el título.
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