Liars empezaron con unas ideas musicales, continuaron con otras, se marcaron un discazo como Drums Not Dead, confeccionaron su disco más post punk en Liars y en 2010, con Sisterworld, soltaron algún zarpazo, aunque se les notaba carentes de frescura, algo estancados. Pero con el nuevo álbum, estrenado el pasado 4 de junio, han espantado fantasmas y se han sacado de la manga un disco realmente bueno, reclamando un poco de atención y demostrando que aunque sean unos marcianos, tienen una capacidad creativa tremenda, lo cual han refutado en numerosas ocasiones.
Todo muy intelectual |
Desde luego no se puede decir que sea un cambio que les haya venido mal, les da otra cara, más sofisticada, con aires germánicos de kraut como No.1 Against The Rush, un tema volátil que se ve acrecentado por un sonido orgánico que parece nacido de un moog. Anteriormente, nos encontramos con esa parte de electrónica invisible e hipnótica que se practica en The Exact Colour Of Doubt, momento en el que es inevitable mirar al espejo del Kid A. Pero si por algo vale este álbum, es también porque se han metido de lleno a experimentar, no se han cortado ni un ápice; han ido hasta el fondo, explotando todos los recursos que ofrece su imaginación y la mano de Miller. Encontramos mucha diversidad, hay canciones que producen sensaciones tan dispares como la claustrofobia de Octagon y la luminosidad de His And Mine Sensations.
No sé qué efecto podrá tener un híbrido así en los oídos de un seguidor rockero de los Liars más potentes, pero es un regalo escuchar en grupos de guitarras -aunque se ayudasen anteriormente de recursos electrónicos- los arreglos y matices de ritmos envenenados como el de A Ring On Every Finger o la fase experimental de Ill Valley Prodigies. Parece que se metieron a experimentar en una granja, con animalicos y unas pocas drogas para abrir la mente. Además, se les ve muy bien metidos en el papel, si anteriormente sonaban descarados y marcianos, ahora también muestran una cara más dramática, en WIXIW; o progresiva y experimental, como en Flood To Flood o Brats.
Un gran disco de los Liars, en el que demuestran que no hace falta hacer cosas ininteligibles como Animal Collective para demostrar que puedes jugar en otra liga. Este disco omite el tropezón de Sisterworld y vuelve a la senda que dejaba abierta Liars, el último disco en el que dejaron encaminada esta sacra ruta que tan bien han sabido definir. Es un trabajo muy cerebral el que han realizado, no se pasan en la experimentación y la que utilizan la saben combinar con la parte instrumental más corriente. El resultado es este, un disco con varios prismas, otra convergencia entre rock y electrónica. Eso sí, muy bien ejecutada. Desde sus amagos kraut hasta sus ambientes que flotan, cuidadosamente tejidos, Liars pueden sentirse extremadamente satisfechos. Y nosotros más.
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