miércoles, 20 de junio de 2012

Crónica MIMAA 2012: gran electrodespedida

Después de días de talleres, charlas y experimentación sonora y audiovisual en la tercera edición del MIMAA (Muestra Internacional de Música y Audiovisuales Avanzados), el sábado pasado llegó el colofón final: el festival de clausura. Para la cita, como ya avisamos, se reunieron artistas internacionales y nacionales, acordes con la filosofía de este evento; algunos djs al uso y otros productores con nuevas protestas que ofrecer. Pero siempre con algo en común, el gusto por la música electrónica. 12 horas de música ininterrumpida que conjugaron a artistas consolidados con dj's jóvenes que sorprendieron mucho. El mejor, seguramente Apparat. Y muy seguido de él, estuvo la sorprendente puesta en escena de José Rodríguez y su sofisticado directo. Nos MIMAAron bien.

Jess Set

A la hora en que aterrizamos por El Hall, donde se celebraba el festival, estaba pinchando Jess Set, calentando el ambiente, aún pronto, con temas de electro pop y ritmos que incitaban a empezar a gastar la pista de baile. El recinto se iba llenando y se empezaba a respirar el buen rollo entre los asistentes y las ganas de fiesta. Mientras, tanto, la rubia platino Jess Set remezclaba algún clásico entre sus bases pegadizas, como Lullaby de The Cure. Tras su sesión, tocó el turno del trío Vilanoise, que vinieron a meter algo más de caña, con electrónica más cercana al rock y a eso que un día llamaron el electroclash. Pincharon algún que otro tema de Justice. De hecho empezaron con Canon y metieron algún otro como Phantom en su set. Para cerrar, fueron a lo que nunca falla, con clásicos como Born Slippy de Underworld.
Y paralelamente a lo que ocurría en la Sala Ballantines, se preparaba la primera actuación del escenario principal:

SUTJA GUTIÉRREZ
Fue el primero en tocar en el escenario de RTVE.es. Lo cual significa también que fue el que primero sufrió que todavía no estuviera lleno el recinto. A pesar de que la sala no estaba hasta los topes, no impidió que pudiera desenvolverse tranquilamente a través de sus eps y maquetas. Junto a Jose su guitarrista, mostraron su buen gusto por el sonido de los sintetizadores y las distorsiones, apelandao también al efecto vocoder en más de una ocasión.

Sutja Gutiérrez

Al igual que hacen otros actualmente, Sutja también canta mientras utiliza sus artefactos electrónicos. Los asistentes que decidieron abandonar un rato los sets, para ver una actuación diferente a todo lo que iban a tener, que eran djs, pudieron disfrutar de sus melodías con regusto ochentero. Sonaron los beats lentos de e hipnóticos de Ah, No y melodías melancólicas como la de Lucy, con ese toque retro que engancha tanto. Pero no todo en la actuación fueron los artilugios de Sutja, también hay que otorgarle protagonismo al guitarrista, que estuvo complementando los beats con buenos riffs como el de Son Of A Son. De lo mejor de su directo, el ritmo frenético de Wild Child y los delays y posterior robotización de Sutja en Blue & Green. Buen preludio de lo que vendría después.


Después de la actuación de Sutja, en el Absolut Vodka Stage, al aire libre, estaba pinchando Abiz Sonko. Para mí, una de las mayores sorpresas de la noche. Y con diferencia. El productor de Albacete, sin apenas llegra a la treintena, demostró su técnica y su buen gusto, exhibiendo un techno con buenas bases rítmicas, y con reminiscencias de los maestros de Detroit. Mientras pinchaba -descalzo, por cierto-, parecía a punto de entrar en trance, con la propia red electrónica que iba tejiendo. Una de las grandes sorpresas de la noche.

Abiz Sonko
 

Después del manchego entró en escena Poolar, un dj algo más veterano. Su sesión fue más tradicional, yendo de menos a más y con un techno más minimalista; más adecuado a una sesión al aire libre. Esa progresión en el set iba avanzando con pequeños golpes de ritmo que iban marcando el camino, logrando una sesión muy sobria.

JOSÉ RODRÍGUEZ
De vuelta en el escenario principal, era el turno para la gran propuesta de la noche. A pesar de que había nombres muy grandes en el cartel, la actuación del productor José Rodríguez y los suyos fue de lo mejor. Equipados con el ordenador reglamentario, una batería electrónica, una guitarra eléctrica y un bajo, fue una auténtica exquisitez sonora su directo. A modo de jam, tocaron sin pausa todo el tiempo que estuvieron sobre el escenario, sin tregua alguna. Consiguieron crear un ambiente envolvente, en el que una capa de electrónica cristalina abrazaba las distorsiones del guitarra y los rimos del batería. Y por increíble que parezca, se escuchaba el bajo. Además, el medidor del público nunca falla, y auqnue la gran mayoría vinieron para ver a Apparat o John Talabot, lo cierto es que la sala estaba prácticamente llena con José Rodríguez, que consiguió que la gente no parara de bailar todo el tiempo, atrapados en un directo intenso con ritmos tribales y sonidos volátiles.

José Rodríguez y su interesante proyecto

APPARAT
Y llegó el alemán, aunque este no vino a rescatarnos; este vino a demostrarnos por qué es un nombre potente en la escena electrónica internacional. Además, al ser una sala cerrada, igual hasta se encontraría como en un antro abandonado de Berlín. Más grande y cuidado eso sí. El caso es que nada más empezar ya empezó el desparrame, con la gente entregada desde el minuto uno, en parte por quién tenía delante, pero también porque el germano no se cortó un pelo. Desde el primer momento apeló a un techno vibrante; sobrio pero melódico a la vez. Mostró su habilidad en la mesa, controlando los tiempos y marcando perfectamente el pulso de la sesión, estable a un nivel notable y con los subidones necesarios para que la gente se volviera loca.

Apparat
No aportó gran cosa de su repertorio personal (mejor si tenía pensado hacerlo de sus últimas producciones), pero sí que mostró sus cartas cuando pinchaba clásicos como At Les, de Carl Craig, o el remix de este último para Kill 100, de X-Press 2.
Temas como este último eran una constante, siempre que ponía alguna parte vocal, eran voces livianas y señoriales que le daban un distinguido toque de calidad a la sesión. Se le veía con mucha empatía con el público. Lo típico que le suele pasar a todos los dj's con el público español. De hecho, incluso alargó su set. Mientras transcurría su set, jugueteaba con los graves y las raíces de las canciones, tornando las bases agresivas, dirigiéndose a un techno ofensivo que era un auténtico goce para los congregados. Estuvo dos horas y pico pinchando, y aunque es cierto que el último tramo del set se volvió un poco monótono, fue lo mejor de la noche.

JOHN TALABOT
Mientras el berlinés iba sacando sus chismes de la mesa, el barcelonés, que venía del Sonar, fue poniendo los suyos por encima, hasta que Apparat abandonó la mesa, tras un efusivo abrazo con Talabot.
Por la parte que toca a la sesión del catalán, que por cierto dejó que le viéramos la cara, he de decir que me dejó un sabor agridulce. Empezó la sesión fuerte, con un house potente, alejado de ese house tan cuidado de Fin. También es cierto que era un dj set, y no formato live. La sesión tuvo momentos de altibajos, en los que no había momentos que resaltas, excepto cuando le daba por sacar a pasear sonidos elocuentes, finos y llamativos. Era ese el Talabot que queríamos ver, el que ofrece un house luminoso como en su debut en largo o en sus eps. No obstante, esta no fue la constante de la sesión. De ahí que no hiciera una sesión brillante, quizá como muchos esperábamos.

John Talabot
En definitiva, una gran noche la que todos pasamos en el MIMAA. Es una lástima que sólo nos congreguemos una vez al año para traer música electrónica a Alicante. Y en todas sus vertientes, no sólo con actuaciones de grandes artistas. Hay que seguir apoyando a los pequeños djs o productores que no tienen muchos recursos quizá para darse a conocer, pero que tienen mucha madera. Cualquier que estuviera el sábado en El Hall lo puede comprobar. Pero este evento electrónico no es sólo su festival de clausura que se despide por todo lo alto, también son las charlas y talleres que se han organizado en los días previos. Una muestra de las posibilidades que ofrece la electrónica y una prueba de que también se puede seguir fomentando la cultura en tiempos de crisis. MIMAAdre, qué bien nos lo pasamos!

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