sábado, 29 de septiembre de 2012

AU - Both Lights, más sonoridad y menos emoción experimental

La segunda mitad del año está siendo especialmente interesante con algunos lanzamientos, dejando aparte los regresos de grupos masivos que están decepcionando, valga la redundancia, masivamente. Al mismo tiempo e inversamente proporcionales en calidad, asistimos a retornos experimentales que nos sacian notablemente. Porque no sólo de Animal Collective subsiste el pop experimental que apela a los sintes. Con la instrumentación exacerbada no siempre se llegan a explotar todos los sentidos, pero a veces ayuda. Hoy hablamos del nuevo álbum de AU, Both Lights.


A mediados de la pasada década, nacía el proyecto de Luke Wyland, AU, siendo él la piedra de toque del grupo, que va alternando diferentes músicos conforme pasan los años. También multi-instrumentistas, como él. Con una escena internacional que asistía atónita ante los magánimos trabajos de sus compatriotas Animal Collective, AU luchaba por darse a conocer, a pesar de tener el beneplácito de parte de la crítica. Durante su primer disco en solitario, trabajando como Luc, Wyland trazó las líneas maestras sobre las que se asentaría su futuro proyecto, a pesar de que en este punto le daba más a un indie folk bastante clásico.

Después de su cameo en solitario, debutó con un homónimo álbum engalanado de buenas arquitecturas compositivas y tímidos vocales. Elementos que se vieron potenciados más tarde con Verbs, donde el grupo mostró ese toque tan distinguido de indie pop experimental que parecía dar la clave del éxito y . Después de este LP, han tardado cinco años en atreverse con un disco nuevo. Eso sí, habiendo editado un ep (Versions) en el que perfeccionaron canciones ya producidas. Así es como nace Both Lights, un trabajo que conjuga las mejores características de sus dos discos, siguendo la estela de Versions. Será también donde empiezan a toquetear artefactos electrónicos.

Paisajes cristalinos varios
Both Lights es un trabajo intenso, un vendaval instrumentista que pronto te introduce por caminos que no saben cómo acabarán, pero has decidido seguir hacia adelante. En esta ocasión, la mayoría de canciones en su conjunto ofrecen mayores dosis de energía, cuando antes estas llegaban hacia el final del corte. En este sentido, parece que Wyland tiene más claro cuáles son los AU que quiere. En Epic, la canción que abre el disco, encontramos una sección de viento, cuerda y su piano como siempre; cada uno de ellos formando parte de un todo con más músculo de lo mostrado anteriormente.



Esta vez, la sección vocal tiene más protagonismo que ocasiones anteriores, otorgándole más presencia a las canciones. Encontramos duetos como el de Get Alive, rodeados de una orquesta; coros desatados como los de la orgía tropical de Solid Gold, o una suave voz femenina en Old Friend. Para compensar la balanza y continuar dejando que sea la sección instrumental la que tenga el protagonismo, AU siguen en silencio para que se pueda saborear el piano ambiental de The Veil o el ataque prusiano y cargante de Why I Must.



Que ahora a Wyland le dé por no recorrer pasajes íntimos no debería preocupar, porque sí se percibe un álbum más épico musicalmente hablando, pero menos emocional, característica que más resaltaba AU en su debut. De hecho, a pesar de que es un trabajo con más minutaje y más largo, la instrumentación está menos elaborada. Hay más capas, sí, pero menos efectivas en su resultado final. Es un trabajo más cargado de capas sobnoras pero menos experimental. Si es un acierto o no, siempre está su primer disco para la comparación.

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