If These Trees Could Talk - Red Forest, post-rock pirómano

Paisajes desérticos, bosques espesos, explosiones con ondas expansivas... es lo que nos ofrece ese post-rock que tanto nos suele chiflar a algunos. Este año, exceptuando a Sigur Ros, no hay programado ningún disco nuevo de los totems del género, pero a falta de pan, dicen que buenas son las migas. Y en este caso, tampoco se trata de migas. 2012 ha sido el año elegido por If These Trees Could Talk saquen su segundo álbum, un viaje sonoro a caballo entre un post rock turbio y sobrio y piezas de rock instrumental. Tras un buen debut con Above the Earth, Below the Sky, han vuelto para corroborar que siguen ahí, dispuestos a ahondar en tu sordera.

Estos tipos de Ohio ya sabían desde un principio lo que querían hacer, por eso se pusieron como nombre del grupo algo que describiera los paisajes que evoca su música, que suele ser post rock bastante árido. Pero si algo les diferencia de otros compañeros de género, es que ellos pasan de esa calma que precede a la tempestad, van directamente a soltar un gancho de derechas, aunque si hay un momento más apacible, no lo es tanto como pueda ser en otros grupos. En definitiva, que les van las tortas; tortas que son bienvenidas en este nuevo trabajo, Red Forest.

Devastando tu cosecha

Pocos cambios ha habido respecto a su debut, permanecen inexorables los patrones de sus canciones y el engranaje de estas. Como pasa generalmente en el resto de grupos post-rock, no cambian apenas, cuando uno escucha una banda del género, ya sabes que en el próximo disco no habrá sorpresas, la fórmula es la misma. Por eso es bastante sencillo, o te gusta o no te gusta, hay pocas variables que puedan cambiar este item. Oséase, que si te gustó su debut, estarás en armonía con la secuela, y al revés, si es que los has descubierto ahora.
Es cierto que el post-rock de If These Trees Could Talk no es elegante ni bonito, pero sí es directo; muy directo, sus guitarras de alto tonelaje se estampan contra tus tímpanos nada más empezar el disco -después del preludio-, con The First Fire, premonitorios con los títulos como siempre. Un primer disparo que te asestan con su sonido hardcore. En este sentido, guardan muchas similitudes con los españoles Toundra, tienen una vena más agresiva y no se andan con calentamientos.



La común pregunta que alguno se ha hecho de si todo el post-rock es igual, es obvio que no, si es un género limitado, en la mano de las grandes mendes está darle más juego. De momento, mientras los masterclass están de gira o descansando, nosotros podemos quedarnos con puñetazos de rock instrumental como el de  Barren Lands Of The Modern Dinosaur o los rugidos de They Speak With Knives. Una vez más, sólo el título de las canciones ya avisa que va a rajarte las tripas. Bajo la furia de la explosión, hay unas raíces melódicas que hacen que la canción no sea tan árida como las demás pueden resultar.
También tienen momentos que rememoran la ira de Mogwai, en el tema que le da título al disco, Red Forest, donde dejan entrever que aunque sean diferentes, las influencias siempre quedan.



Ya de cara al final del viaje por el frondoso bosque de la portada, se encuentra el corte más largo de todo este disco,When The Big Hand Buries The Twelve, con la explosión final que nos haga refutar que es un grupo válido y que tiene buenas maneras; puestos a que te rompan la cara, que te la rompan bien. Ejerce como una montaña rusa, subiendo y bajando constantemente, con un último pico donde se recrudece y saca su curva más hardcoreta. Si por donde vivís estáis asfixiados por el verano, no pongáis muy alto el disco porque podría acabar por reducir a cenizas vuestro alrededor. Y los incendios no molan.