The Cranberries - Roses, ni fu ni fa (que no es poco)

No se puede decir que fuera uno de los regresos más esperados. Al menos sí lo era por la curiosidad de ver por dónde saldrían. Afortunadamente para nuestras expectativas, The Cranberries no han hecho tampoco nada horrendo para que nos sintiéramos decepcionados, pues tampoco esperábamos que vinieran con un No Need To Argue a estas alturas. Volver a la actividad después de 11 años debe ser complicado y ahora parece que ellos no han querido complicarse la vida a la hora de su nuevio disco Roses. Parece que Dolores O'Riordan no tuvo lo que buscaba con su carrera en solitario (musicalmente y más probablemente, económicamente).



Después de escuchar Roses, desde luego no se puede decir que los irlandeses hayan cambiado de estilo o no hayan sido fieles a toda su trayectoria. Ponen en boga un pop rock a medio tiempo y acústico que es el que podía imperar en las canciones de segunda que había en sus últimos álbumes. Uno de los problemas es que aquí falta algún hit, algún single que se desmarque del resto de canciones y puedas decir, ya no que hayan vuelto los Cranberries de tomo y lomo, pero que al menos dejen una huella bien nítida. No se trata de que se saquen un pepinazo como Zombie, Dreams, Salvation o una balada tan perfecta como Ode To My Family, porque es algo que no entraba en los planes. Pero al menos podíamos esperar un Stars o New New York como los que lanzaron para su recopilatorio, o un Time Is  Ticking Out o I Really Hope de su último trabajo, Wake Up And Smell The Coffee, que tiene ya once años.

Los chicos del inyorjed

Escuchando Roses se nota que los irlandeses tienen ya una edad y se han acomodado. Seguramente porque ya no disponen -o no se han preocupado de encontrar- de esa chispa que les daba un plus a sus pop rock, ese toque de rabia con O'Riordan cantando y forzando para dar la máxima potencia a sus cuerdas vocales.

Tampoco se encuentran esas baladas tan íntimas y por qué no decirlo, bonitas que hacían de Cranberries un grupo con una sensibilidad especial para sus canciones lentas. Por el contrario, tampoco se puede decir que no lo hayan intentado, ahí está el principio de Astral Projections o So Good. De lo más destacable del disco y que sí puede recordar a los Cranberries de baladas en buena forma. Roses mantiene la dignidad con cancioncillas aceptables como Raining In My Heart y otras más marca de la casa con o Losing My Mind. Es un poco frustrante que el momento en el que más hayan apretado los pistones sea en Schizophrenic Playboys.

Es un disco sin pretensiones y facilón (y si se me permite, aburrido), que pasará sin pena ni gloria por su discografía. Además, con este disco se quedan en tierra de nadie en la actualidad popera, pues ya hay artistas de sobra consolidados y con este disco no han sido los grandes Cranberries que hubiera dejado a los nuevos fenómenos a la altura del betún. A pesar de la mínima esperanza de vivir una grata sorpresa, todos nos esperábamos que no fuera ninguna joya. Así que habrá que conformarse con el hecho de que tampoco es un bodrio insufrible, sólo algo decente. Si se han aburguesado, probablemente sea así y han retomado la lógica de su carrera, que cada vez estaba más amansada. Seguramente la mayoría preferiría que no hubieran sacado este disco. Será interesante ver qué piensan los más acérrimos, a ver si ellos 'salvan algo de la quema', como se suele decir.

A pesar de que aquí no hay 'ni chicha ni limoná', ahora al menos hay opciones de poder ver la 'chicha' en directo.