Más decanos del pop independiente español han vuelto a sacar disco este año. Esta vez hablamos de uno de los que vienen de la tierra prometida, Granada:
Niños Mutantes. Su nuevo hijo se llama
Náufragos, octavo álbum de la formación (si contamos su disco de versiones). Cualquier acérrimo de los granadinos conoce la progresión que ha tenido la banda a lo largo de su trayectoria. De unos inicios más viscerales y una fórmula más facilona han ido evolucionando hasta encontrar el sonido con el que más cómodos se sienten. Se han hecho fuertes en un poprock maduro y colorido, con algunas raíces que evocan a sus inicios, parece que llegando a su tope creativo.
Su anterior trabajo,
Las Noches de Insomnio, era la representación máxima de lo que Niños Mutantes es actualmente, llegando a un gran nivel de composición, combinando ese poprock del que ahora hacen gala, pero con cimientos más propios de sus primeros años. Tenía buenas canciones. Ahora, con Náufragos, siguen la misma estela, y puede que la superen. Si medimos los discos por la proporción de canciones 'que suenan bien' y por los verdaderos 'hits', este nuevo álbum es mejor que su predecesor.
He de reconocer que yo soy uno de esos que miran con nostalgia anteriores trabajos (no hace falta ver cuántas veces les he hecho ya referencia), pero también tengo que decir que este me ha sorprendido gratamente. Quizá más de lo que podía esperar. En su anterior larga duración se ve bien configurada esa combinación que nombraba antes, y aquí sigue igual. Lo que pasa que aquí han conseguido más canciones que se desmarcan.
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| Hay fuego dentro |
Aparte de que han utilizado más instrumentación, ya sea con la trompeta de
El Miedo o con los aparatejos que utilizan en
Muerte De Un Ampli o en
El Pozo. Esta última tiene esa melodía mutante de los últimos tiempos, que habla de superación y que poco a poco va aumentando, dándole cuerpo acompañada de una gran instrumentación. En medio de las canciones decentes y que siguen la idiosincrasia melódica mutante, hay que destacar piezas tan buenas como
El Infierno, que posee un aire solemne y folk cocido a fuego lento. Lo mejor del álbum lo encontramos en
Empezar de Cero, donde brillan como nunca, con Juan Alberto marcando el camino a seguir;
Dame Tu Mano, con unos Niños Mutantes engrandecidos y la gran
Volverás, que empieza con un piano inofensivo y se va volviendo cruda poco a poco.
Los granadinos han demostrado por qué son una de las grandes bandas de pop rock de este país. Han llegado a su cenit en cuanto a composición se refiere. Y se les ve muy cómodos sobre estas tierras. Sus melodías se han vuelto muy grandes.
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