Desde que cerrara la clásica sala Divine, en el centro de la ciudad y prácticamente único sitio en al ciudad al que caer muerto hasta las 8 de la mañana escuchando electrónica, hemos estado huérfanos hasta ahora. Aunque eso no significa que no se hayan intentado inaugurar nuevas apuestas que, más pronto que tarde, han acabado por fracasar. Atrás quedan Shamadi con la buena electrónica nocturna en la zona del estadio -otra difunta-, lugares como Soho que ahora han cambiado el chip porque tampoco llegaba mucha gente, días puntuales en lo que ahora es Moma, y recientemente Boombox, una buena propuesta que tampoco ha acabado de cuajar.
Ravalució |
Quizá esto último sea la diferencia con otros recintos de música electrónica en la ciudad, que es algo más transversal y multidisciplinar, no sólo un pub nocturno.
Es abierto y ambiguo porque el programa no está definido de forma premeditada. Se aspira a que sea el proceso y uso libre del local el que defina su programa, su razón de ser. Se aspira a que forme parte, de alguna manera, de la vida de otras personas, siendo un lugar singular, dificil de clasificar.
Con todo, en el aspecto musical, tras el fallecimiento de Boombox, y esperando que Animal Klub gane más peso, Quilombo es hoy el sitio de corte más clubber que se puede encontrar en al ciudad, alejado del centro y sin el típico CD de las salas céntricas, con clásicos y temas de 2008. Aunque los anteriores lugares han apostado por djs de repercusión de la zona, este nuevo espacio en el Raval cuenta ya con una cantidad de gente constante prácticamente todos los findes. Y su apuesta por la calidad está probada de sobra.
Rives y Kraftwerk |
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