lunes, 5 de diciembre de 2011

Crónica Iván Ferreiro @ Club Camelot - intimidad y cercanía

Puede que Iván Ferreiro no sea un líder generacional (o sí) español, pero sí fue el líder de una banda que ha marcado a un par de generaciones, a los que los vivieron en los 90 y a los que se han reenganchado tiempo después. En cualquier caso, los fans de Piratas en su gran mayoría siguen de cerca la trayectoria de Ferreiro. Desde que llegó su etapa en solitario, sigue hablando como con Los Piratas, de relaciones y desencantos amorosos, pero esta vez acobijado con un tono más intimista y personal. Y así fue como dio los conciertos en Camelot el sábado y el domingo; solo y con su teclado.

Se hace raro un concierto en domingo por la tarde, ideal para acabar con esos domingos infernales en los que no hay nada que hacer sino derramarse en el sofá. También hay que agradecerle este plan B al señor Ferreiro, que sabedor de que iba a llenar el sábado, estuvo dispuesto a tocar también domingo, con casi lleno y con la gente más tranquila, pues el día anterior había alguno que aún rezumaba bebidas espirituosas.
Eso influyó en la actuación, pues como él mismo afirmó, se sentía más relajado. Y así, después de charlotear con el público, empezó su recital.

Iván en su salsa
Empezó con Me Toca Tirar, uno de esos temas de sus primeros trabajos en solitario, continuó con su ep del año pasado, Paraísos Perdidos y poco tardó en caer el primer tema de Piratas, Inerte. Fue una de las canciones donde se comprobó lo característica y fácilmente reconocible que es su quebrada vez. Se sucedió unas de las primeras grandes ovaciones. Siguió por sus temas, casi siempre, melancólicos, como Tristeza. Después intercaló su tema dedicado a la hipocresía en su homenaje a Farenheit 451.
Aunque siempre es interesante ver a artistas como Iván Ferreiro, con el alma desnuda y en su ambiente, donde puede ofrecer lo mejor de sí al público, se echó de menos algo más de instrumento, para darle más cuerpo a las canciones. Aunque claro, cuando Iván exaltaba su voz se le ponían a uno los pelos de punta, y más cuando bordaba perlas como Ciudadano A. Retomó después la senda de Piratas con M, del Manual Para Los Fieles y con Tio Vivo, del Relax. Entremedias del concierto, se permitió varias licencias, como interpretar uno de los temas de Vangelis para Blade Runner y un pequeño homenaje al Por Qué Te Vas de Jeanette.

S.P.N.B.
Poco después calló con quizá la mejor canción que tiene en solitario. O al menos, la que más éxito le ha dado: Turnedo, que la cantó a capela y sin tocar su teclado. Pero no fue el único que la cantó, le apoyó todo el público para conseguir uno de los momentos más mágicos. El concierto por momentos podía parecer algo monótono, porque el teclado era básicamente siempre igual, era su voz la que marcaba el ritmo. Pero ahí estaba la gracia del directo, que cuando quería ponía los pelos de punta. Sobre todo en las subidas de tono. Y entonces subió un amigo suyo, presente en el concierto, para tocar el teclado y que Iván pudera cantar tranquilamente en S.P.N.B. El turno siguiente fue para otra de las que más triunfaron en su debut: El Viaje de Chihiro. Entonces llegó la hora de despedirse. De despedirse para el bis, claro. Volvió entre aplausos para tocar Años 80, como la mayoría esperaba. Se fue volvió a despedir con otra gran ovación.

Y cuando parecía que ya se acababa, el público, que no se movía, le obligó a volver. Y entonces sí que sí, tocó Suerte y de repente empezó con Promesas Que No Valen Nada, que todo el mundo coreó y que Iván estiró hasta la parte de Insurrección de El Último de la Fila. Y cómo no, la gente también le siguió. Para finalizar ya el concierto, cerró con El Equilibrio es Imposible, acompañado de otro amiguete que había entre el público. Y con guitarra, eso sí. 

El Equilibrio Es Imposible


En fin, un gran concierto para los acérrimos de Iván Ferreiro, donde mostró su parte más intimista e hizo gala de su tan característica voz. Aunque no soy de cantautores, había momentos erizamiento del vello, lo que no quita que hubiera algunos pasajes de monotonía. Quizá con una guitarra acústica hubiera sido otra cosa; pero siempre es un honor ver a historia viva de eso que llaman el indie español y a uno de los letristas que más ha conectado con varias generaciones de jóvenes.






3 comentarios:

Anónimo dijo...

Rectificación. Finalmente hubo más gente el domingo que el sábado.

Anónimo dijo...

tambien tocó una version de love of lesbian

Pablo S dijo...

Gracias por el apunte y lo de LOL, no estoy muy adentrado en el grupo.