Hay conciertos a los que uno va por cumplir, otros a los que uno va con algo de escepticismo. Y hay otros a los que uno va y sabe que va a disfrutar. Esta última sensación es la que ocurre cuando uno va a conciertos como los de El Columpio Asesino, que tocaron el pasado sábado en Club Camelot Elche.
A pesar de que llenaron la sala, como era de esperar, aún había algún rezagado que no los había escuchado. Difícil de creer después de cuatro discos, una sobrada reputación a nivel nacional y un directo arrollador. También es cierto que quizá los que no están enterados son gente que no está muy metida en el mundillo, pero hablando con ellos después del concierto, confirmaron que fliparon. No es para menos, aunque suene a tópico -al menos este tópico es irrefutable-, El Columpio tiene uno de los mejores directos españoles. Y lo volvieron a demostrar en Camelot.
Contra todo pronóstico empezaron con pura dinamita; más bien con las que que todos esperábamos para el final. Pero se agradece que de vez en cuando se altere el orden.
Abrieron con la infalible Floto, una de sus canciones emblema, donde crearon ese ambiente de surrealismo que consiguen con sus letras y su música. Y claro, cuando uno empieza con Floto tiene que continuar con algo gordo para que no se note el cambio. Muy bien, sin problema: Ye Ye Yee con su ritmo vertiginoso.
La verdad que prácticamente no se dejaron ningún pez gordo por tocar, por lo que el concierto fue muy regular; fueron al grano. Hubo algunos problemas con el sonido de la sala; no se escuchaba muy nítido pero se escuchaba con potencia. Puede que en el momento era lo que todo el mundo quería. Así, se disfrutaba más de ese principio demoledor (aplicable durante todo el concierto) en el que también calleron los arrebatos Pixies como Your Man Is Dead o una de esas canciones capitaneadas por un brillante teclado: Un Arpón de Grillos.
Durante el transcurso del concierto hubo momentos de auge, como es lógico, cuando sonaban los clásicos como La Marca En Nuestra Frente Es La De Caín o los pepinazos del Diamantes, como Perlas o Corazón Anguloso. El tiempo pasaba y mientras que la gente coreaba aumentaban proporcionalmente las ganas de disfrutar de la adrenalina de Toro o Vamos. Antes del bis llegó el momento del "maraca loca piano ardiente", acompañado de esos guitarrazos que hacen de Toro uno de los temas del año. Baile y desenfreno. El momento justo para el bis. Después de este llegó ya el acabose con la intensidad en crescendo de la sublime Cisne de Cristal; una auténtica joya. Y para cerrar, adivinad. Pues lo que viene siendo habitual en sus conciertos, que aunque no es una sorpresa, es como deben acabar, con Vamos y la sensación de haber visto a unos Pixies de esta época, con teclados, trompetas y otros arreglos que enriquecen su
rock. Una de esas noches redondas.
martes, 4 de octubre de 2011
El Columpio Asesino @Club Camelot Elche, hedonismo de calidad
Etiquetas:
Conciertos/Festivales
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2 comentarios:
Como coño no se tocan nunca Sintentizadores sobre motos y guitarras? no me lo explico.
Ya, de esas delirantes que deben ser brutalen en directo, como La Zorra.
La que tampoco sonó y sí que es de las "clásicas" fue Destacamento.
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