jueves, 15 de septiembre de 2011

15Macho Vegas hace crac

Paro juvenil, desahucios, corrupción en la clase política, paraísos fiscales, especulación inmobiliaria, recortes sociales... Estos y otros motivos son aquellos por los que muchos salimos a la calle el 15 de Mayo, hace justo hoy cuatro meses, en señal de protesta contra este sistema que golpea una y otra vez a los de siempre. Pero con una diferencia, esta vez la sociedad dijo BASTA. Una movilización sin precedentes en la historia democrática de este país, en la que salieron a la calle por igual jóvenes que no se habían movido en la vida, gente cansada de no llegar a fin de mes, otros que viven bien pero que son solidarios y saben que hay que arrimar el hombro, otros que son miembros de sindicatos y partidos políticos pero no lo han manifestado para ayudar a que esto salga adelante y sobre todo, la vieja guardia. ¡Hay la vieja guardia! Aquellos que ya recibieron palos para que nosotros hoy podamos salir a la calle tranquilamente para pedir una sociedad justa.

Este tipo de movimientos sociales siempre empiezan con mucha fuerza, pero poco a poco van perdiendo efectivos porque básicamente, el compromiso es poco y hay que invertir mucho tiempo; sacrificar una parte de la vida personal para evitar que esto se volatilice. Seguir trabajando para que las generaciones venideras tengan un futuro más próspero y por supuesto, nosotros tengamos un gran presente, a pesar de que nos golpeen una y otra vez, ya sea física o mentalmente. Hay que levantarse una y otra vez. Si nadie se mueve por nosotros, nadie lo va a hacer. Cada vez nos hacen más guiños de cara a las elecciones y la situación les preocupa más. Saben que el pueblo se está concienciando, que está despertando de su letargo, algo por lo que se han preocupado de que no ocurriera, a base de giliprogramas y cortinillas de humo. Pero eso se ha acabado, da igual que intenten silenciarnos; la calle está hablando y saben que el chollo se les acaba. Puede que ellos tengan el poder, pero nosotros somos más.

Han pasado ya cuatro meses desde que esto empezó a tomar forma, y desde entonces la mayoría de ciudades siguen organizando asambleas y movilizaciones. Los que no se han movido antes, empiezan a moverse ahora. Por ejemplo, ahí tenemos el caso de los profesores, quizá muchos no salieron antes, pero cuando a uno le tocan el bolsillo, ve que lo que se reivindicaba hace unos meses no era ninguna tontería. Hoy es la educación; mañana quizá la sanidad. En cualquier caso, siempre es importante que para contrarrestar las tergiversaciones mediáticas, para combatir el estrés y el duro trabajo, den un paso adelante personajes públicos que den una bocanada de aire fresco y energía a las calles, como ya hicieran en su momento Lluís Llach, Raimon o Joan Manuel Serrat.

Esta vez, en el plano musical, el que se ha desmarcado ha sido Nacho Vegas, uno de nuestros letristas más prolíficos. Su canción (aquí la letra) no llega a la magnificencia de temas como La Plaza de la Soledad, El Hombre Que Casi Conoció A Michi Panero o sus colaboraciones con Christina Rosenvinge. Pero eso no importa; lo que cuenta es la intención, una letra que no está a la altura de su mejor lírica, pero habla bastante claro, que es de lo que se trata:



...que han cambiado el significado
de algunos verbos como “disfrutar”.
Y en la calle se hace un gran silencio,
pero si escuchas bien oirás un crac.
En toda España solo suena un crac.
En occidente solo se oye un crac....


...Y si esto no es el fin,
Es una bomba y va a estallar...


Desde este humilde santuario donde le rindo tributo a la música, mis más sinceras gracias y ánimos a la gente que salió a la calle hace hoy cuatro meses por devolverle la ilusión a la gente de a pie, por hacernos -y hacerme- creer en una sociedad mejor; a los que ya lucharon antes y aportan su veteranía, y ánimo sobre todo a los que aún se muestran pasivos, sentados delante del televisor. Esto nos afecta a todos, queramos o no.

Somos hijos de la comodidad, pero no seremos padres del conformismo.


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