martes, 28 de junio de 2011

Crónica DCode Viernes

Llega la hora de hablar del DCode, ese festival madrileño que ha nacido para sutituir al Summercase (saludos, caso Gurtel). En este primer año han configurado un cartel básicamente para públicos muy diferentes, lo que hace que siempre pueda cojear para ciertos fans; es raro que a quien le guste My Chemical Romance le guste Eels, por poner un ejemplo. De todas formas, es lógico que en una primera edición quieran asegurarse público poniendo variedad, aunque sea una variedad más bizarra de lo normal.

En líneas generales, la organización estuvo bastante bien, exceptuando esas colas interminables por los bocadillos que se formaban a ciertas horas. Pero realmente, lo que más se debería repasar es el horario del festival. Porque teniendo en cuenta el recinto, pequeños, acogedor, muy bien; pero sin sombra, un festival que empieza a las 16:00 de la tarde en estas fechas puede ser mortal. Y lo fue. Pero insisto, a pesar de que el césped se convirtiera en tierra (algo inevitable) y te intoxicaras con el polvo, el recinto está muy bien, habilitado perfectamente para la capacidad que se esperaba, sin aglomeraciones, y lo que es muy importante: bien comunicado.

Y ahora pasemos a lo que nos interesa, el plano musical:
Desgraciadamente, y como me temía viendo la hora a la que tocaba Toundra y la hora a la que llegábamos a Madrid, nos los perdimos. Una pena, porque he leído que estuvo bastante bien. No esperaba menos de esta gente postrockera.
Sin poder ver a uno de los teníamos apuntados para el viernes, pasamos a los siguientes.

AUTUMN COMETS. Tuve la ocasión de verlos una vez y sabía que era una apuesta segura. Y no decepcionaron. Casualidades de la vida, tenían que tocar en el escenario pequeño, pero debido a la baja de All Time Low, se pasó su actuación a uno de los escenarios grandes. Donde tenían que tocar desde un principio. Esta banda madrileña apunta bastante alto, y merecen tocar en un escenario principal. Son pocos los grupos españoles (al menos que se conozcan) que tengan pinceladas post tock. Ellos son unos de los pocos, y soltaron verdaderos guantazos con esas explosiones sincronizadas entre batería y guitarras y ese violín eléctrico. Destacar la potencia con la que sonó su cover de Paper Planes de M.I.A.

EELS. El plato gordo del día, el grupo del atormentado Mark Everett, que con todo lo que ha sufrido en su familia y después de todas sus pérdidas, sorprende la vitalidad con la que afrontó el concierto. Se flipaba entre canción y canción: "Marvelous", "I Love You". Desde luego se notaba que es una banda clásica de los 90, la mayoría del público eran treintañeros y más viejunos, que se congregaron para recordar buenos tiempos. Y pasamos un buen rato, tanto ellos, como nosotros los más jóvenes. Un concierto en el que reinó el buen rollo, con la vitalidad de Mr. E y toda su orquesta, incluidos sus amigos trompeteros. El concierto empezó tranquilo, pero poco a poco fue tomando peso con algún destello más guitarrero como en My Beloved Monster. Continuó con clásicos tan positivos y tan Eeleros para calmar el espíritu como Fresh Feeling o Love Of The Loveless. Cada vez iba en aumento el concierto con orgías sonoras como el final de Saturday Morning, hasta que llegó el momento cúspide: Novocaine For The Soul. Momento mágico en el que a todos se nos puso el pelo de punta al oír al público cantar al unísono el "for the soul" o el "before i sputter out". Para no decaer, después sonó una gran Souljacker Part 1. Y para cerrar, una alegre Looking Up en la que Mr. E se fue corriendo tras despedirse. Con su barba de 40 centímetros. Buen concierto de Eels.


BAND OF HORSES. Turno de ver a los de Seattle. No voy a ocultar que no soy un especial fan de la banda, pero la verdad que iba con bastante predisposición a verles. Pero esa predisposición se fue perdiendo a lo largo del concierto. Aunque sonaran Compliments y espabilaran con la interpretación de Is There A Ghost. Pero de todas formas, a su directo le faltó chispa; alma. Sonaba demasiado monótono, todas las canciones parecían iguales. Es inevitable que uno pueda quedarse No One's Gonna Love You pasada la media noche. A esa hora, o se pone electrónica, o temas para agitar. Y lo cierto es que la banda de los caballos no consiguió agitar, hasta The Funeral, que sonó al final. El momento que todos esperábamos. Épica.
Nadie puede negar que el batería, a pesar de golpear lento; golpeaba fuerte, que el teclista hacía buenos coros, pero les faltó energía. Lo que derrocharon Eels. Lástima.

Y todo lo contrario les pasó a los granadinos LORI MEYERS. No es un grupo que me agrade especialmente, y después de todo lo que se ha dicho de que en el SOS la liaron, decidimos verlos. Y la verdad, estuvieron entretenidos. No sólo me lo pareció a mí, sino al público. Porque desde la lejanía se les veía eufóricos, bailando todo el tiempo y levantando ese polvo que no se levantó en el concierto anterior. Nuevos Tiempos, Viaje de Estudios, Caravana, Tokio Ya No Nos Quiere... Temas de pop colorido que encantaron a su público. Aunque uno de los momentos más eufóricos fue Luces de Neón, obviamente. Y para ir cerrando, y seguir pesaditos con el ascenso de su Granada se fueron con ¿Aha Han Vuelto? y con el petardazo final: Alta Fidelidad. En definitiva, un concierto entretenido, pero desde luego nada monumental como he oído por ahí. Aunque ya se sabe, cada concierto es diferente, y sobre todo, cada persona.

Y para cerrar llegó la hora de la electrónica. Había ganas de 'traca' y de bailar de verdad. Así que todos a ver a los madrileños THE ZOMBIE KIDS.
A modo de introducción, sonaba L' Estasi Dell' Oro, del gran Ennio Morricone. Pelos de punta. Así, de repente, empezó a sonar Face, su último hit. Empezaron fuerte, con esa primera bomba, continuaron con el One de Swedish House Mafia y con un remix para el Out of Space de Prodigy. Pintaba muy bien, parece que iban a lo fácil pero fiesta segura. Pero nada más lejos de la realidad, a los 15 minutos ya no tenían nada que ofrecer. Una sesión de electro house sucio y lineal. Todo el rato el bombo, el subidón y lo peor de todo, ese MC deleznable que llevan. Un tipo que se supone está para agitar pero que provoca todo lo contrario. Como anécdota, estrenaron un tema nuevo; un tema en el que estaba cantando este MC, pero que al despegarse del micrófono seguía 'cantando'. Lo que faltaba.

He estado en otras sesiones de este dúo, que no son santo de mi devoción, pero desde luego que han estado más curradas. Aquí, insisto, después de un cuarto de hora la sesión se volvió aburrida y utilizando todo el tiempo los mismos recursos.

2 comentarios:

Sergio Bifeis dijo...

Todo un disfrute el calor seco de por aquí eh?? jejejeje

Pablo S dijo...

Tio qué infierno! Te juro que llegué a Elche y me sentí aliviado, y eso que allí tampoco es que haga frío...