sábado, 6 de octubre de 2012

Clubroot - III - MMXII, demasiado ambient en la abadía del señor

La soledad, un ambiente enrarecido, una noche de lluvia asomado a la ventana; una chica que te abandona. El dubstep, el future garage y el ambient siguen confluyendo a día de hoy en una espesa capa emocional que sigue embriagando tus pensamientos. Son sensaciones que ya hemos vivido muchas veces desde que Burial marcó el camino a seguir a mediados de la pasada década. Cada vez son más los que se apuntan voluntariamente a esta atormentada. Como nosotros. Y como Clubroot, que ha lanzado este año su tercer álbum, III - MMXII.

El productor inglés vuelve a la carga para teletransportarnos a sus bosques de árboles de troncos infinitos y frondosas copas, que obstaculizan el paso de la luz, logrando que esta se filtre en forma de susurros espectrales. Es un álbum continuista, que sigue las mismas líneas maestras que su antecesor, II - MMX. En él, sigue adentrándose en los sonidos ambient como nadie en su sello, Lo Dubs, donde el resto de compañeros prefieren darle al dubstep liviano o acercarse al future garage. De entre los habituales en el sello, él se erige como el productor más importante, como por la trayectoria en largo que culmina este año, como por su evolución.

Solaco
Clubroot ha ido desprendiéndose progresivamente de los graves más violentos y de los compases más estríctamente dubstep, que tuvieron su mayor incidencia en el debut. Respecto a II - MMX, en este tercer largo, acaba casi por completo de eliminar estas raíces, para centrarse en su faceta ambient, alejándose así de los rasgos más burialeros que reflejaba en su future garage. De esta forma, ha confeccionado un trabajo más volátil, más intangible; un disco para escuchar solo y exclusivamente para ti, sin compartirlo con nadie. Construye paisajes cósmicos como el que abre este III - MMXII, Ennio's Eden, donde nos da una vuelta por el mundo ambiental del prolífico Brian Eno.

En cambio, el juguetear con las secciones vocales mediante samples sigue siendo un elemento común dentro de su discografía. Tanto en el vacío páramo de Summons, o en el ambiente tétrico de Lurking In The Shadows y Demon Drum, escuchamos esas secciones que tanto pueden dar de sí. Actualmente, tanto en este campo más ambiental, como en el chillwave que tanto se lleva, estos rasgos definitorios demuestran la huella que ha dejado Burial, que mientras él va un paso por delante, va dejando un rastro de semillas que los que vienen por detrás no dudan en recoger y cosechar para su consumo.

El artista inglés también fue uno de los que plantó esas semillas, pero ha consolidado su propuesta propia. Con este disco corrobora una madurez que se confirma al poder configurar temas con una personalidad propia:  profundos como Faith In Her, áridos como Tempt Fate y otros largos y más ricos en composición como Restraint/Untitled, donde ejemplifican las dos caras de la misma moneda; la parte ambient y más volátil, y la más oscura y garagera, con su correspondiente parte vocal, por supuesto.





A pesar de que con este nuevo lanzamiento ha dejado claro cuál es su sonido, el álbum no llega a la altura la calidad de II - MMX. El principal problema es que empieza muy bien pero al final se va diluyendo, ya que las últimas canciones tienen prácticamente el mismo patrón, lo que crea una sensación de monotonía que sólo es capaz de romper Restraint/Untitled, el tema que cierra. Aunque es un trabajo decente y de consolidación de un proyecto, le sobra algo de minutaje. En la primera mitad del álbum hay una diversidad que no se encuentra en la segunda parte. En el futuro veremos si continúa por una línea ambient pero que puede volverse en su contra de estirarse, o por el contrario intentará lograr el equilibrio de discos anteriores.



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