Revivals, caminar sobre pasos ya hechos y la misma
cantinela de siempre. La línea que separa los buenos homenajes de las
revisitaciones anodinas no tiene por qué ser fina; precisamente ahí está la
diferencia entre los grupos que dan en el clavo y los que no escucharás más de
dos o tres veces. La línea que sí es fina es la que hay que atravesar para caer
en el saco de estos últimos. Es básicamente lo que les ha pasado a los
debutantes ingleses Cheatahs,
que bajo su homónimo título, son otros tipos que se apuntan al shoegaze. Quizá
junto al post (post-post-)punk el género que puede resultar más cansino cuando
un grupo se decide a apostar por esta disciplina. Y no hay ningún problema,
este viene cuando no tienes absolutamente nada que aportar y tus esquemas
sonoros son facilones, complacientes y previsibles. Que es justamente lo que le
pasa a este disco. Sin gracia ni carisma, otro álbum que pasará sin pena ni
gloria como tantos otros en los últimos años.
Hoy son Cheatahs, ayer fueron Bleeding Rainbow y mañana serán otros. La tentación de
emular a los referentes del género como My Bloody Valentine o Slowdive no debe ser pequeña, y claro, soñar es
gratis. Lo puedes intentar, pero en el movimiento se te pueden ver las costuras
y es lo que le pasa a este cuarteto inglés, que el traje les queda grande.
Sería ingenuo exigirles a unos debutantes trazas tan prometedoras comparándolos
con los precursores del género, que al fin y al cabo son los que siguen
presentes en el imaginario colectivo. Ya que no te vas a sacar de la manga un
disco que te haga rememorar los mejores tiempos shoegazeros, al menos intenta
guardar las apariencias con una fórmula también conocida, converger con otros
estilos (sin ir más lejos este año está el tremendo disco de Have A Nice Life). Al menos para no
quedar como lo que esto parece tras darle varias vueltas: un álbum de shoegaze
carente de ambición, cómodo y sin punch.
En este sentido, Cheatahs son bastante puristas, distorsión,
ensayos de muros de sonido que no son lo suficientemente gruesos para que
impresionen y las voces lánguidas arrastradas por una oleada de guitarras. Lo
mismo que practicaban en sus epés. No se puede negar que hay algunos temas
bastante resultones y que dan el pego. Sin embargo el álbum se ve lastrado por
el resto de las canciones, que divagan por tus oídos sin pena ni gloria. Es de
esos discos que los tienes de fondo mientras estás trabajando en el ordenador y
de repente te das cuenta: “joder, ¿aún están estos tíos aquí?”. Precisamente en
las canciones en las que se enfundan el vestido clasicista shoegaze como en las
decentes ‘Northern Exposure‘ o ‘Fall‘, no
hacen nada nuevo, pero no se trata de un retrato mediocre del que pasar
olímpicamente. En un estilo en el que los límites sonoros de su versión clásica
están tan delimitados, es difícil sonar con personalidad. De ahí la importancia
de abrir el género a otras ramas musicales para hacerlo avanzar y marcar el
territorio, de paso.
Antes que escuchar un álbum trillado, mejor rescatar
trabajos recientes de formaciones más creativas como Ringo Deathstarr. Encerrarse en un
postulado complaciente es una mala idea en general para la música, pero más
cuando intentas rescatar el sonido de grupos clásicos. Con todo, Cheatahs
tienen bastante tiempo para mejorar su propuesta y moldearla de forma más
eficiente. En el propio disco no son todo palos de ciego. Precisamente una de
sus debilidades, la falta de músculo, está suplida —aunque a cuentagotas— en
temas como ‘Kenworth‘, donde tienen arrebatos al más puro estilo A Place To Bury Strangers. El problema
es que después vuelven a enquistarse en las secciones vocales de My Bloody Valentine, por eso aún
tienen muchos aspectos de su música que limar. Es farragoso escuchar un álbum
que no ofrece más alternativas que repetir patrones de sobra conocidos, por eso
se acaba diluyendo sin que te des cuenta. Para escuchar shoegaze más puritano
ya tenemos a los grupos referentes, y para atender a propuestas más creativas y
menos autocomplacientes ya están algunos de los grupos que hemos nombrado. Así
que, en resumen, un debut discreto, aunque se trata de su primer LP, por lo que
tienen tiempo para no caer en el olvido.
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