Con la sala prácticamente llena para ver a El Columpio Asesino, tiene que ser difícil para unos teloneros salir al escenario para tocar ante gente que no ha venido a verte. O al menos la gran mayoría. Si en algún caso existió ese poco interés por ver a Layabouts, rápidamente desapareció. Dieron una muestra de que en España el rock goza de buena salud. Un batería que era una bestia parda, maltratando su instrumento con una violencia que dejó al público atónito, pegadizos riffs de guitarra, un vocalista que canta en inglés y que muestra actitud en el escenario... Es indiferente que la gente no se sepa las canciones, y que posiblemente ni sepa que estaban presentando su último trabajo, Savage Behaviour, la gente siempre responde al rock n roll. A diferencia de otros teloneros, en los que el público hablaba y esperaba al grupo fuerte, el personal estuvo receptivo con los Layabouts, que por cierto tocaron casi una hora. Aunque al final pudo resultar algo repetitivo, fue un buen concierto. Y sirvió de gran aperitivo para el plato fuerte de esta gran noche.
Y llegó el columpio más famoso de nuestro país. Al final se nota a quién viene a ver la gente, pues había mucha más predisposición para escucharles. Empezaron presentando su nuevo disco, Diamantes. La encargada de abrir este último álbum fue la primera que se pudo escuchar, Perlas y su teclado atmosférico. Continuaron mostrando sus últimos temas como la liviana Diamantes, que poco a poco va aumentando su distorsión; la ácida Corazón Anguloso, que te lleva por un viaje de cristal con ese teclado psicodélico; el crescendo de Dime Que Nunca Lo Has Pensado, con ese ambiente etéreo aumenta y potencia la canción; la apología por la naturalidad de MGMT... Y por fin llegó uno de los nuevos hits, y que ya se puede considerar un clásico de los pamploneses: Toro y su amarga baja amarga baja. Una de las que el público más demandaba y más disfruto. Una canción que bien podría estar en el Surfer Rosa & Come On Pilgrim de los Pixies. Tiene unas ráfagas de guitarra que recuerdan mucho a Joey Santiago.
El concierto llegó a un punto en que no podía más que mejorar. Ya habían presentado parte del último álbum, ahora era momento de disfrutar de clásicos. Y después de Toro llegó la vibrante Arpón de grillos, con ese ambiente envolvente. Le siguió otro clásico, La Marca En Nuestra Frente Es La De Caín, otra de su penúltimo trabajo La Gallina.
También se dejaron escuchar más imprescindibles en los directos como Ye Ye Yee o Your Man Is Dead. Una vez más, con el espíritu de los Pixies flotando por la sala. Lo que no se esperaba que después volviera con su cover de Vamos, que fue un desfase con ese ritmo vertiginoso. Y si no que se lo digan a los de delante que entraron en trance empujándose como en un concierto de ska. Pero antes de esta especie de momento álgido del concierto, sonó Lucas 44-48 con un final intensísimo, en el que el teclista se puso a tocar platillos de batería. Y con esa doble percusión llegó uno de los momentos más intensos de todo el directo.
Y para cerrar, pues qué iba a ser. Floto, el momento que más ansiaban los columpieros. Por fin pudimos flotar, botar y gritar juntos esa letra tan surrealista pero atractiva a la vez.
Y así acabó una de las noches más memorables de La Llotja últimamente, primero con una dosis de rock en estado puro gracias a Layabouts, y acto seguido con la visceralidad de El Columpio Asesino, que les coloca como uno de los principales estandartes de la música independiente española. Uno de los grupos que mejor ha captado la esencia del movimiento alternativo de los 90. La han combinando con letras surrealistas y perversas -muy a lo Black Francis-, pero llevándola a su terreno, con esa fórmula de guitarras-bajo-batería que consiguen una gran melodía y que ganan en ambientación y sonoridad con el magistral sintetizador.
ANOREEEEEEEXIAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA
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