La juventud, despreocupada, bailando surf a pijo sacao |
Ataviados con su uniforme oficial negro y verde, como si de un equipo de bolos se tratase, y sin equipo de voces -pa qué-, empezaron su milimetrada orquestación sin siquiera saludar. Ya sabíamos quiénes eran y qué queríamos de ellos. Aproximadamente cincuenta personas fuimos las que presenciaron su concierto, que se preveía para algo menos de una hora. Pero viendo lo bien que respondían los presentes y lo bien que ellos mismos se lo estaban pasando en el concierto, alargaron a una hora y pico.
No querían excederse de ese tiempo sabedores de que un concierto instrumental se puede hacer bastante largo. Pero al ver la reacción de los asistentes, especialmente en las primeras filas, donde estaban bailando, poco importó que no dijeran nada. No se debe solo a su saber hacer surf -son buenos músicos- sino al espíritu rock n roll que se escondía tras bastantes canciones, con ritmos que casi se salían del camino de The Ventures para vestirse una chupa de cuero.
Partiendo la pana |
Sobre Malanga
Es merecido reconocer el gran directo de Acapulco Riders, pero también hablar de Iniciativa Malanga, una asociación cultural que lleva en marcha unos meses en esta vieja fábrica de fachada verde y que supone un espacio cultural de carácter popular abierto a diferentes disciplinas (talleres de danza, teatro, instrumentos, actos políticos, charlas... y, por supuesto, conciertos). Tengo el placer de formar parte del proyecto, que pretende dar salida a una oferta cultural alternativa a la oficialista, en la que cualquier persona con propuestas interesantes que quiera traer tiene la puerta abierta. Sólo se trata de proponer y actuar.
En este sentido y por la parte que más me interesa, cada viernes habrá un concierto en el espacio, una oportunidad para intentar suplir una actividad musical que hace años era bastante abundante en nuestra ciudad y que hoy es casi inexistente: apenas varios conciertos al trimestre, y sobre todo con los mismos grupos de siempre (esos que has visto chorrocientas mil veces en la zona o que van a todos los festivales de verano). Una oportunidad para crear un sitio de referencia en el que disfrutar de una oferta musical de calidad y variada, por precios irrisorios y en un espacio acogedor. (Fotos | Llu Torxa)
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