Darren J. Cunningham nos tenía preocupados con Ghettoville y sus continuos atrasos. Uno de los
lanzamientos más esperados, sobre todo después de la joya que talló en R.I.P., uno de los
discos de aquél año en el que el inglés volvía a demostrar por qué es uno de
los compositores actuales de mayor vanguardia en la electrónica de hoy. Tras
varios cambios de fecha, al fin el pasado mes de enero vio la luz el
esperadísimo Ghettoville (Werk Discs), su cuarto LP. Su disco más complicado de
asimilar hasta la fecha.
De artistas de la talla de Actress, a los que ponemos al
nivel de grandes contemporáneos como Burial y Zomby esperamos
siempre grandes obras, como ha venido haciendo en sus lanzamientos en formato
LP. Incluso muchas veces no podemos evitar compararlo con Aphex Twin, a
quien nos recuerda por el control de las texturas en las capas sonoras que va
superponiendo o por la sensibilidad que rezuma en sus melodías.
De estas características podemos poner múltiples ejemplos,
y los más cercanos en el tiempo y en el formato están en R.I.P., uno
de los discos indiscutibles de electrónica en lo que llevamos de esta década.
Si este funcionaba como varios epés, en Ghettoville tenemos un álbum más centrado y no tan disperso. Pero
el quid de la cuestión reside en que el inglés se ha replegado demasiado y el
resultado es que tenemos un álbum con el que cuesta bastante conectar, al contrario
que con sus predecesores. Ha dejado esquilmada esa cualidad por la que
sobrevolábamos territorio Richard D. James y quedábamos fascinados por la
creatividad de tan joven compositor. Muy fantasmal y con deconstrucciones que
quedan cortas al lado del caviar que uno esperaba probar.
Si bien es cierto que tampoco era previsible encontrar un
LP que nos dejara con tantas ganas de más, sus anteriores EP’s, Silver Cloud y Grey Over Blue,
nos hacían intuir (salvo excepciones) que podía elaborar un disco sin tanta
mordiente, que es en lo que Ghettoville ha acabado pasando. Encerrado en guetos
de Chicago, y apuntando en varios ocasiones al rap, Actress interpone un
armazón de cemento entre el oyente y su obra, haciendo que sea difícil tener
las mismas sensaciones que nos regaló en anteriores referencias. Hay glitch,
hay alguna perla indudable, pero hay ausencia casi total de groove, de BPM’s y todo
hay que decirlo, ante minimalismo plano sin belleza ha perdido fuelle y no está
tan inspirado en sus experimentaciones. A todo esto además hay que sumarle que
es demasiado largo.
Parece que después de dar varias vueltas por ramas
escapistas y tras el empalago de IDM y techno,
ha decidido rebajarlos al mínimo y encerrarse en el laboratorio del que salen
creaciones que quedan bien definidas en la portada: demasiado escapistas. Es
difícil ir salteando y no caer en un pozo de canciones plúmbeas. Ahí queda el
gas de ‘Time‘, el glitch de ‘Street Corp‘
o la poca presencia de ‘Don’t‘. Ya nos había ofrecido
anteriormente cortes de escasa duración o cuerpo, pero después arremetía con
músculo techno, aquí, ni se da el caso, ni sale victorioso en su tenue abstracción
del ghetto house. Deformar los pilares de un género para cambiar sus posiciones
no garantiza acertar, y a pesar de que el disco empieza con buenas expectativas
por la contaminación de ‘Forgiven’, es sólo un espejismo.
Por más vueltas que le doy no logro que el disco me
atrape, y creo que es una sensación generalizada. Incluso los productores a
quienes más en alta estima tenemos fallan, y Actress está poco acertado en esta
nueva expedición auditiva, que por otra parte apenas da juego. Eso sí, tampoco
es todo un desastre, tenemos el imperial doble bombo de ‘Birdcage‘
jalonado con una elegante línea de viento que saca a relucir su faceta más
emotiva. Pero es sólo un zarpazo. Después hay fragmentos interesantes como el
hipnotismo de ‘Our‘ o el amago groove callejero de
‘Gaze‘, que quizá con una marcha más podría haber
vertebrado un disco diferente en el que descubrir una faceta nueva mejor
apuntalada. Pero lejos de estas hipótesis, lo cierto es que Ghettoville es un álbum excesivamente largo, con
no pocas partes anodinas y en las que la experimentación apenas llama la
atención. Y sólo un tema verdaderamente destacable. Por lo tanto, no se puede
calificar con otra palabra que con decepción esta nueva entrega en largo de
Actress. Un resbalón que esperemos no se repita. Si es que este obituario no
va en broma.
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