viernes, 19 de agosto de 2011

The Kills - Blood Pressures, garage para toda la familia

Corren tiempos difíciles para muchos, la sociedad está en ebullición, parece que incluso se está polarizando. La crisis, los recortes, los desahucios, la dificultar de llegar a fin de mes... ¿Soluciones? Evadirse y utilizar algo como válvula de escape. Una las válvulas más eficientes siempre es la música, y si es un disco de buen rock mejor. Pero, ¿qué disco? Pues por ejemplo el nuevo de The Kills.
Siempre parece que las dos superpotencias en música sean Inglaterra y EEUU, pues nada, los fusionamos y ya está. Así tenemos a este dúo de amiguetes prolíficos como son la americana Alison Mosshart y el inglés Jamie Hince.

Blood Pressures es el cuarto disco de estudio de esta pareja de garageros, que ha visto la luz en este sagrado 2011. Siguen practicando ese rock garagero del que son partícipes, aunque abrazan de vez en cuando el blues, de forma que podríamos decir que tienen un toque de Black Keys que siempre se agradece.
A pesar de que han ralentizado el nivel de desfogue que llevaban a cabo en su debut, Keep On Your Mean Side, aún mantienen esa semilla de rock y blues con guitarras de corte psicodélico setentero que les hace muy pegadizos. La verdad que a cualquier amigo del rock debería costarle renegar de este grupo, y por ende, de este disco.

El álbum resulta bastante completo, porque lejos de encasillarse en un patrón en el que saquen once canciones con cuatro acordes, cambian el registro varias veces, haciéndolo así más interesante. Y como buen dueto, juegan muy bien la baza de los dobles vocales, aunque ya de por sí la voz de Alison es un punto fuerte más que añadir a los Kills. Si bien es cierto que en cada uno de sus cuatro trabajos, los pilares son los mismos, siempre les intentan dar otro molde. Y así han hecho con Blood Pressures.

El pistoletazo de salida lo pega Future Starts Now, un tema que da a conocer el buen gusto por el sonido garagero, y otra prueba más de que no es necesario más que una batería y una guitarra para partir la pana. El riff cortante mezclado con el redoble de tambor demuestra que es de lo mejor del disco. Después continúa la misma fórmula pero con Satellite, donde encontramos el siempre infalible coro doble, a ritmo lento pero sobre volandas. La misma arma también la utilizan con Nail In My Coffin.

Pero no todo es solemne rock inflamable, también hay momentos más desnudos como Wild Charms o The Last Goodbye, donde podemos disfrutar de la cálida voz de la señora Mosshart. Ese amago de psicodelia se puede degustar en las guitarras de Baby Says. Y para finalizar el álbum, tenemos una buena dosis de blues rock con Damned If She Do, You Don't Own The Road y Pots And Pans.

Resumiendo, Kills aún sigue fiel a su sonido garagero, que aunque está bastante visto en estos tiempos, aún pueden sacarle punta. Y lo demuestran en discos tan completos y solemnes como este Blood Pressures.




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