lunes, 27 de julio de 2015

R2T2 @ XVII Festival de Guitarra Ciutat d'Elx: los virtuosos hijos de George Lucas



Aún tenía pendiente ir al Festival de Guitarra, un evento al que siempre había querido ir y al final no asistía nunca. Hasta ayer, día en el que actuaban R2T2, un joven dúo francés que ya actuó el pasado año en el claustro de San José en el II Concurso Internacional de Música de Cámara Ciutat d'Elx. Una cita que a la mayoría nos dejó anonadados, como a priori pensaba que íbamos a acabar, viendo el nivel de los artistas que actúan en dicho festival. De hecho, éramos unos cuantos los que acudíamos por primera vez, y tras acabar el concierto, los comentarios fueron los mismos: "qué barbaridad", "qué pasada", "alucinante"... pero aparte de la verborrea adjetival que utilizábamos, un comentario común en todos: "voy a tener que venir todos los días".


El sonido de la guitarra clásica sumado a la destreza de los artistas que participan en este festival tiene estas cosas, que la mayoría de la gente que acude por primera vez entiende que tenía que haber venido antes, pero lo más importante, que tienes que ir todos los días que dura esta iniciativa —este año hasta el 30 de julio—. Un festival veterano que los diferentes equipos de gobierno han sabido respetar, como no podía ser de otra forma. La cercanía entre los guitarristas y el público, sumado al inmejorable entorno —a nivel de abominable temperatura, ese es otro cantar—, hacen de cada uno de estos conciertos veladas imperdibles.

Cerca de 100 personas fueron las que acudieron ayer al claustro de la iglesia, aunque esta vez a venerar a otro tipo de figuras —exceptuando algún individuo que se fue al principio, incapaz de guardar silencio e incapaz de entender que los guitarristas lo necesitan para concentrarse—,  que interpretaron canciones de compositores clásicos, entre ellos dos de los más célebres de nuestro país, como Manuel de Falla o Isaac Albéniz. Antes de cada melodía hacían su respectiva presentación, y tras el final de esta, se levantaban para el agradecimiento del público, como una especie de majestuoso ritual. Todo muy educado y medido en una actuación igual de milimetrada, aspecto necesario para poder ejecutar esas frases tan largas de una forma sincronizada.

Más de una hora de actuación en las que trataron sus guitarras con la delicadeza con la que tratarías un valioso jarrón de la dinastía Ming. Desde barridos con acento aflamencado y punteos en trastes imposibles, hasta improvisación, pasando por notas que eran acariciadas con las yemas de los dedos, su toque sentido era proporcional al embelesamiento de los asistentes ante la magnífica complementación que el dúo francés estaba exhibiendo. A pesar de la cara de pena de uno de los dos integrantes cuando tocaba.

Para cerrar su concierto se lucieron con 'Jongo' de Paolo Bellinati, que incluía a la guitarra como elemento de percusión con su caja, siguiendo un ritmo que iba acelerando para de repente volver a rasgar las cuerdas. Y entonces de nuevo los aspavientos del público, de esos que significan "tremendo, qué gozada". Se pusieron en pie junto a todos los presentes, que quisieron ovacionarles de pie por el espectáculo ofrecido, lo que provocó un inesperado bis de los dos guitarristas galos. Una pequeña pieza de poco más de dos minutos en la que versionaron 'Throne Room Theme Song' de Star Wars. No podía quedar en balde esa referencia georgeluquense en su nombre artístico. Chapó todo.

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