El sábado sí estuvo a la altura de un festival como el SOS 4.8, que nos ha dado grandes ediciones. Sobre todo marcado por los cabezas de cartel y la buena oferta electrónica, el segundo día del evento murciano se convirtió en una gran noche. Esto es lo que vimos dicha jornada, con unos claros (y previsibles) vencedores:
Phoenix
Uno de los conciertos que no tenía marcado en mi horario y
en el que acabé con el clan Gallego (Hipersónica) “para hacer tiempo”. Me habían dicho que en
directo son recomendables, y ciertamente, hay que ser objetivos justos y
reconocer que tocan bien, por lo que imagino que para los seguidores del grupo
fue un gran concierto. De hecho había bastantes saltos a nuestro alrededor. En
lo que a mí respecta, un directo aburrido, pero insisto, no porque sean unos
paquetes, sino porque no conecto con su música, por lo que sobre el escenario
me pasó lo mismo que cuando les doy otra oportunidad en estudio. Además, por su
culpa se me pasó que tenía que ver a East India Youth, (de quien sólo vi el
final, pero parece que se portó bastante bien). No olvidaré sus juegos de luces
puke rainbows.
Phoenix Puke rainbows |
Erol Alkan
Una de las decepciones del festival. Acostumbrado a ver
sesiones suyas en las que ha puesto patas arriba al personal con jitazos
electrizantes y pepinazos del calibre de ‘Lemonade’, el dj afincado en Londres
no tuvo su noche. Pinchó buenos temas, se pudo escuchar en su turno a Daniel
Avery y a Aphex Twin remezclado, pero no interpretó bien lo que debería haber
sido el cierre del festival. Una sesión demasiado tranquilita que se volvió
intensa bien después de bastante rato. Más propia de un set de horas tempranas
en la madrugada que de cierre de festival, donde tocaba quemar la pista, como
ya ha hecho en otras tantas ocasiones.
Gold Panda
Una pena que se solapase parcialmente con los Pet Shop Boys,
porque la actuación del inglés era para verla entera. El tiempo que estuve
presente, un gran ejemplo de sonido de club, con un refinado gusto por el
glitch hop y los ritmos rotos. Una sesión de calidad para disfrutar de los
matices y las texturas que imprime en su música. A pesar de que no había mucha
gente por el dichoso solape, seguro que todos los que asistieron se fueron
contentos, porque Gold Panda exhibió un set impoluto y sin fisuras.
Undo
Acostumbrados a las grandes propuestas en los escenarios principales,
escaparse al SOS Club siempre está bien, porque en él se dan cabida a un
nutrido número de artistas interesantes, tengan más o menos prestigio. Y en
este sentido, contar con el catalán Undo fue una apuesta de calidad. Pinchando
a paisanos como Suicide Of Western Culture y apostando por un tech house
sibarita, el barcelonés dejó claro que la veteranía es un grado. Supo leer el
momento de la noche y la sesión que tocaba en ese escenario. Su trayectoria y
sesiones como la del domingo le avalan.
Los Pechos Boys |
Pet Shop Boys
Los más esperados del festival. Su confirmación fue un
pelotazo y su actuación estuvo a la altura de lo esperado. Con un Neil Tennant
vestido de Iron Man con hombreras y plumas, un pantallón que prometía
espectáculo y luces estroboscópicas por doquier, estaba claro que habían venido
a comerse el escenario. Y lo hicieron. Conjugaron sus temas más recientes con
clásicos de siempre como ‘West End Girls’ o ‘Suburbia’ y su buenrollismo. Se
mostraron en plena forma y nos movieron a todos tema tras tema. Especialmente
con el arranque glorioso de los sintes en ‘It’s A Sin’ y en el final, cerrando
con ‘Always On My Mind’ y una ‘Go West’ que acabó coreada por todo el público.
Una de las mejores actuaciones que se han visto en el festival y sin duda una
apuesta que por el momento parece infalible. No sé realmente lo que duró, pero
se me hizo corto, como a tantos otros, imagino.
Por otra parte, se lo curraron en la puesta en escena, no sólo por el
juego de luces. Tennant cambiaba de vestuario, al igual que los dos bailarines
que le acompañaban de vez en cuando, ya fuera vestidos de minotauros o de tubos
de luz. Estuvieron todo lo acertados que no estuvo el festival con la reducción
de aseos y con las pulseras que había que comprar para salir si tenías un abono
ganado en un sorteo. En fin, espléndidos Pet Shop Boys y sus Chicago Bulls. Go
weeeeeeest.
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